domingo, 4 de febrero de 2018

Unidad de España (e 3)

Nesta terceira e última entrada falaremos brevemente do chamamento que fai “A los padres de familia de 1937”. A autora pide que se reflexione sobre si os males que lamentaban non tiveran a orixe na neglixencia dos propios pais. María de la Peña precisa o destinatario, non son todos os pais; cando fala de pais de familia
hablo especialmente con aquellos que forman una familia cristiana, como Dios manda: que esos padres se han unido mediante el Sacramento; pues no entiendo como podría dar agua clara una fuente cenagosa en su origen y envenenada en el material que la alimenta. No hablo, pues, con los que les basta casarse civilmente, ni con los amigos del divorcio, ni con los que aceptan la limitación de la natalidad...son estas tres cosas la verdadera carcoma de la familia.

O destino que a autora lles reserva a estes últimos aparece explícito:
A los partidarios de estas cosas yo los desterraría de la Nación, en compañía de los sostenedores de ideas disolventes...y juntos, que formen algún pueblo en un cantón de Rusia.

Reflexiona sobre a infelicidade de moitos fogares, infelicidade causada, na maior parte das veces, por ter excluído a Deus; as obrigas dos pais en canto a formación dos fillos deben pasar máis por asegurarlles os bens eternos antes que os terreos. “El fundamento de la educación es que los hijos son de Dios y para El hay que criarlos.”
Aconsella que estean vixiantes sobre todo o que teña contacto cos fillos: serventes, amigos, e, sobre todo, mestres.
¡Ah! El maestro nos reemplaza durante horas; no pongamos nunca nuestros hijos en manos de maestros ateos y perversos, en manos de maestros que enseñan mal. Yo creo que es un deber nuestro dejar vacías las aulas que, en lugar de ser centros de virtud y sabiduría, son centros de corrupción. Amarga experiencia estamos haciendo, fruto de las escuelas laicas, de las universidades ateas, de los ateneos sin moral, en donde se corrompe la mente y el corazón [...] fruto de no tener buenos maestros, ha sido el que se descarriase esa juventud, portaestandarte de la revolución, que en lugar de estudiar, promovían tumultos y levantaban barricadas; juventud sin conciencia y sin nobleza en el alma, que sirvió de heraldo al comunismo, al desorden, a los planes masónicos; juventud que empujó la Patria al abismo.

Cando fala de xuventude precisa que está a referirse á masculina, cabe preguntarse que foi da feminina; tampouco parece moi digna de alabanza:

ese conjunto de mariposas pintarrajeadas, que van de la playa al paseo, del paseo al cine, del cine a la tertulia, de la tertulia otra vez al paseo y luego...a cualquier parte donde se pueda perder el tiempo.

De todos os xeitos, aínda que era así a maior parte da xuventude, quedaba unha parte nobre, abnegada, que cando viu a Patria en perigo contribuíu a salvar a nación.
Os pais deben permanecer vixiantes, esixir ás autoridades que se prohíba o cine inmoral, os centros de corrupción, os folletos e novelas inmundos; a autora bota man, unha vez máis, do símil sanitario:

No se castiga al que criminalmente envenena las aguas que abastecen la ciudad? Pues con mayor razón se ha de infrigir castigo a los que envenenan los placeres y los libros, y todo lo que es alimento de la juventud.